España, marzo de 2025

La fuga de talento en la alta dirección se ha convertido en una preocupación creciente para las empresas. Un reciente estudio de Gartner revela que el 56% de los ejecutivos de nivel C-Suite, excluyendo a los directores de recursos humanos (CHRO), considera «probable o extremadamente probable» abandonar su puesto en los próximos dos años. La presión laboral, la sobrecarga de trabajo y la falta de apoyo estratégico se perfilan como los principales detonantes de esta tendencia.

La falta de apoyo estratégico, un factor clave en la crisis

Las compañías invierten grandes sumas en atraer y retener talento, pero a menudo pasan por alto la importancia de cuidar a quienes están al mando. Los altos directivos también necesitan apoyo en su desarrollo, ya que enfrentan desafíos cada vez más complejos, señala Carme Castro, CEO de Kainova y experta en estrategias de talento.

Según la especialista, la clave para frenar esta crisis radica en la estrecha colaboración entre el CEO y el CHRO. «El CHRO debe ir más allá de la gestión de recursos humanos y consolidarse como un socio estratégico del CEO para fortalecer el liderazgo y garantizar un crecimiento empresarial sostenible», explica.

Pese a la evidente necesidad de transformación, muchas empresas siguen ancladas en modelos tradicionales de liderazgo, sin avanzar en su evolución cultural y organizacional. El problema no es solo la presión, sino la falta de herramientas para afrontarla. Si los líderes no cuentan con los recursos necesarios para gestionar equipos en entornos complejos, es inevitable que busquen nuevas oportunidades fuera de la empresa, advierte Castro.

La solución pasa por priorizar el bienestar y desarrollo del talento directivo. Cuando las empresas ponen el talento en el centro de su estrategia, no solo retienen a sus líderes, sino que también fortalecen su capacidad de adaptación y resiliencia, concluye la experta.

El rol del área de personas en la transformación empresarial

Más allá de la cúpula directiva, el área de personas desempeña un papel clave en el éxito de cualquier transformación organizacional. Garantizar que los líderes reciban el acompañamiento necesario para afrontar el cambio de manera efectiva podría marcar la diferencia entre la fuga de talento o la consolidación de un equipo directivo sólido y comprometido con el futuro de la empresa.