Inteligencia artificial, liderazgo y neurociencia, claves para superar el cambio
España, marzo de 2025
La inteligencia artificial (IA) ya no es una tendencia pasajera, sino una realidad integrada donde el verdadero reto para directivos y líderes es aprender a convivir con ella. Para Gladys Kali, experta en neurociencia y liderazgo consciente, la clave está en comprender cómo funciona nuestro cerebro ante la incertidumbre y aplicar estrategias para adaptarnos sin entrar en pánico.
Nuestro cerebro está programado para la supervivencia, no para el cambio. La amígdala, centro del miedo en el cerebro, se activa ante lo desconocido, provocando pensamientos catastróficos como «¿Y si me reemplazan por un algoritmo?». Un mecanismo que hoy se activa ante la IA y su impacto en el mercado laboral.
Y es que a diferencia de revoluciones industriales anteriores, que afectaron principalmente al trabajo manual, la IA está impactando en profesiones que requieren juicio y experiencia, como el derecho, la medicina y la dirección empresarial. La preocupación no es infundada, pero la historia nos enseña que la adaptación es la clave para la supervivencia.
Ante esto, la experta propone tres estrategias fundamentales para afrontar este cambio con seguridad y confianza:
Reprogramar la relación con la incertidumbre. En lugar de resistirse a la IA, los líderes deben preguntarse cómo pueden usarla para mejorar su gestión y qué habilidades humanas siguen siendo irremplazables.
Fomentar la motivación a través de pequeños logros. Aprender nuevas herramientas de IA de forma progresiva refuerza la motivación y facilita la adaptación.
Entender que la IA es un copiloto, no un sustituto. Si bien la IA puede procesar datos con rapidez, no puede liderar con empatía ni tomar decisiones con ética y propósito. El liderazgo humano sigue siendo insustituible.
Pero el debate no debería centrarse en si la IA nos reemplazará, sino en cómo podemos utilizarla para potenciar nuestras capacidades. Si dejamos que la IA piense por nosotros, ¿qué nos quedará como humanos?, nos podemos llegar a preguntar. La verdadera revolución no está en los algoritmos, sino en nuestra capacidad para conectar, inspirar y liderar con inteligencia emocional en un mundo cada vez más tecnologizado.