La Anti Ley de Murphy: “Si algo puede salir bien, saldrá bien”
Por Luis Roco C.
Esta es una forma cómica y mayormente ficticia de explicar los infortunios en todo tipo de ámbitos. A grandes rasgos se basa en el adagio: “Si algo puede salir mal, saldrá mal”.
Inconscientemente todos tenemos algo de Edward Murphy, ya que con o sin ser ingenieros, dependemos en forma diaria de esta ley. Ley de sabiduría popular, dirían algunos.
Pero analicemos más en profundidad. Básicamente trata de que cuando hay posibilidad de que algo falle lo hará. ¿Qué se necesita para que algo falle? En vista que este Blog es de Técnicas de Ventas trataremos de seguir ese hilo conductor. La “Ley de Murphy” es una cosa, tener conciencia de quienes somos es otra. Esta ley no tiene nada de extraño, todo lo contrario, sabido es por todos que las personas están susceptibles de cometer errores, algunos pequeños, otros que nos cuestan la vida.
Lo bueno de saber que algo puede fallar nos hace predisponernos a solucionar antes los problemas y estar preparados. En la gestión de ventas y en el emprendedor existen muchos puntos dispuestos a fallar. Pongamos el ejemplo de aventurarnos en el mar en un bote de pesca. El letrero que adorna la parte principal y más vistosa del bote dice: “Advertencia: Esta embarcación podría zozobrar”.
¿Qué hace el Buen Vendedor? Se sube al Bote, pero en su lugar carga un salvavidas y un bote inflable de repuesto. Si es mucho mejor vendedor llevará algo de alimentos,
¿Qué hace el Mal Vendedor? No toma el bote. Así de simple. El hecho de que existan riesgos y que sea un tema de azar de por medio muchas veces coarta nuestro compromiso con los objetivos que nos hemos trazado en la vida. El riesgo es necesario en la medida que hay una posibilidad de conseguir el éxito.
La “Ley de Murphy” dice claramente que si hay una posibilidad de que las cosas fallen lo harán. Pero Estimados Lectores, aunque Edward Murphy se revuelque en su tumba, quiero decirle que el principio opera también de forma inversa.
“Si algo puede salir bien, saldrá bien”. Quizás podríamos relacionarlo con la persona “positiva y la negativa”, “la optimista y la pesisimista”. El optimista tiene la estadística a su favor para triunfar, ya que muchas veces un negocio y una venta van de la mano de la predisposición nuestra.
El Buen Vendedor sabrá utilizar esta Ley para su bien, para alimentar su alma y su inteligencia. El Mal Vendedor deseará no pasar por debajo de la escalera al ver un tarro de pintura en el último escalón. El riesgo es necesario, es una inversión.
En mis incansables recorridos por el mundo de las ventas me he dado cuenta de una cosa: Existen personas que le ponen “sabor” a la vida y personas que solamente viven. ¿En qué grupo estás?
Como ejercicio y sin ser redundante, toma una tostada y déjala caer accidentalmente al suelo. Anota cuántas veces cae con la mantequilla hacia abajo, y cuantas con la mantequilla hacia arriba. Sólo así podrás entender en la práctica esta Ley Urbana.
Luis Roco C.
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