José Ramón Luna Cerdán

Ayer empezaba unos días de descanso con motivo de la Semana Santa y comenzamos con una sesión de cine con mis hijos. Son todavía pequeños y les entusiasman las películas de animación. He de reconocer que a mí también, a pesar de no ser ya tan pequeño.

La película de ayer: Los Croods. Totalmente recomendable, no solo porque es divertida, llena de acción y muy bien hecha desde el punto de vista técnológico, sino también porque tiene un guión con una gran profundidad y lleno de lecciones sobre el cambio y el desarrollo. Es una de esas películas no solo de niños sino “para toda la familia”. Es más, si apuramos, yo diría que más para los más mayores y los que “dirigen” las familias.

La historia relata la vida diaria de los Croods, una familia de cavernícolas que se ven envueltos en un momento de fuertes convulsiones en su tierra (terremotos, volcanes, fallas, etc.), lo que les obliga a buscar otros territorios.

El padre Crood protege a toda su familia. Es su misión en la vida y la ejecuta con total entusiasmo y dedicación. Su lema es: “lo nuevo es malo” y la protección va ligada a hacer siempre lo mismo, seguir siempre la misma rutina y refugiarse en la caverna cada día. Cuando oscurece, salir de la caverna es sinónimo de muerte. Asumir riesgos es lo que puede llevarte al desastre. El padre Crood transmite este mensaje cada día a su esposa, su suegra y sus tres hijos.

Frente a esta actitud, su hija. Una jovencita con sueños y deseos. Su máxima aspiración es llegar a la luz (el sol). No soporta la caverna y explora siempre que puede cosas nuevas. Como te puedes imaginar, se pasa toda la película enfrentada a su padre.

Cuando comienzan los temblores de tierra, los volcanes y el resto de inclemencias, los Croods ven como su caverna es destruida. Esto supone una experiencia traumática para todos menos para la niña. Se ven obligados a moverse y encuentran a un nuevo amigo que utilizando el liderazgo, la creatividad, la innovación y sus sueños se pone al frente de la expedición, con la resistencia del padre. Al final, todo el grupo llega a destino.

El aprendizaje que ofrece la película es doble:

• La resistencia al cambio que tenemos la mayor parte de los seres humanos tiene una intención positiva: la de protegernos. Hay una parte de nuestro yo que vela por nuestra seguridad y sigue aquello de que “si no te mueves, no te harás daño”. Tener controladas las variables proporciona seguridad.

• A pesar de que la intención sea positiva, la resistencia al cambio supone una barrera al crecimiento. El desarrollo va ligado siempre a cambios e innovaciones. Solo asumiendo riesgos se avanza. ¿Dónde estará la humanidad en este momento si no se hubieran producido cambios?. Obtener resultados diferentes implica hacer cosas diferentes, como decía Albert Einstein. Piensa en tus propios resultados. Desde que eras niñ@ estás cambiando y eso es lo que te ha permitido llegar adonde estás en este momento. Ese mismo cambio es el que te permitirá llegar adonde estarás en el futuro. ¡Atrévete, cambia!

En definitiva, muy buena película y muy útil. Lo que más me gusta del asunto es que al ser una película para niños, está transmitiendo un mensaje verdaderamente útil que contribuirá al crecimiento personal de los más pequeños. Si no la has visto ya, tengas la edad que tengas, si puedes ve a verla.