Resiliencia: el arte de saber levantarse
José Ramón Luna Cerdán
En unos tiempos como los actuales en los que un día estás arriba y otro abajo, una vez ganas y a la siguiente pierdes, la resiliencia es, quizás, una de las habilidades o capacidades que más tenemos que desarrollar. La resiliencia, definida como “la capacidad para levantarse cuando has caído” es uno de los ingredientes básicos para el éxito. Lo importante es saber cómo hacer frente y aprender de situaciones y resultados negativos.
Imagínate un vendedor. ¿Cuántas veces tiene que aguantar el no de los clientes?. Muchas veces y cada vez más. Las personas se resisten a comprar y llamada tras llamada, puerta tras puerta el “no” acude al encuentro del vendedor. Si un vendedor no es capaz de reponerse al no de los clientes, no conseguirá resultados. Los mejores vendedores son los que, no solo son capaces de aguantar el “no”, sino que aprenden de este. El no les da fuerza.
Cuando cuento esto en cursos o conferencias, algunas personas han dicho (y con toda la razón): “vale, es muy importante, pero ¿cómo se consigue?”. Es cierto. En muchas ocasiones, remontar los momentos difíciles supone un esfuerzo prácticamente inabordable. No vale con decir: “voy a ser resiliente”. Ojalá fuera así”.
La resiliencia se consigue como consecuencia de la puesta en marcha de otras capacidades, actitudes y habilidades que generan esa fuerza necesaria para levantarse. Los ingredientes más importantes son: la autoconfianza, la pasión, la automotivación y la constancia. Cada uno de estos elementos es un hilo que mueve la máquina de la resiliencia.
Cuando confías en tí mism@ es porque sabes que tienes los conocimientos, las aptitudes y las actitudes para hacer bien las cosas. Por tanto, cuando no consigues el resultado, eres capaz de analizar las causas y aprender de ellas. No caes en el error de “echarte la culpa” sin más y pensar “es que no sirvo para nada”. Desarrolla la creencia de que eres capaz, confía en ti mism@ y desarrollarás tu resiliciencia.
Por otra parte, la pasión genera energía y se transmite. Sin pasión no hay combustible. La pasión es esa fuerza interior que genera la potencia suficiente para avanzar a pesar de las dificultades. Sin pasión en lo que haces, el más mínimo contratiempo se convierte en una fuerte pesadilla. Cuando amas lo que haces, nada puede derribarte.
La resiliencia implica también automotivación. Sin un motivo claro que nos lleve a la acción, levantarse cuando caes es complicado. Tu mente tiende a preguntarse en muchas ocasiones “¿para qué este esfuerzo?”. Sin un motivo, la respuesta a esta pregunta es difícil y tu activación dependerá de la fuerza del motivo que le des a tu cerebro.Normalmente es el corazón el que da estos motivos al cerebro. Piensa en aquello que más te motiva. ¿Cuánto tiempo podrías dedicarle?, ¿Cuántas veces repites una y otra vez sin importarte?.
Por último, ser capaz de sobreponerse tiene mucho que ver con la constancia. Al fin y al cabo, tirar la toalla es lo que muchas veces pide el cuerpo. Cuando no conseguimos el objetivo, cuando algo sale mal, aparece ante nosotros una vocecita que nos dice: “déjalo. Ya te has esforzado suficiente. Total, ya lo has intentado”. Este tipo de mensajes resultan tentadores porque seguir intentándolo cuesta esfuerzo. Sin embargo, la satisfacción se consigue cuando se llega a la meta. Y para eso hay que dar muchos pasos. Hay que superar muchos momentos. Solo la constancia nos permitirá avanzar hacia la recompensa final.
Cuando algunos de los clientes de Desafío Coaching contratan un proceso de “Coaching de guerrilla” lo que buscan es la ayuda para “no abandonar por el camino”. En muchas ocasiones, las personas nos comprometemos con unos objetivos y, cuando surgen las dificultades, tendemos a echarnos para atrás y tirar la toalla. Es el famoso “Voy a … dejar de fumar, emprender este proyecto, hacer deporte” y luego, en el momento que llega el esfuerzo, surgen las dudas.Nuestra labor como coaches consiste, precisamente, en trabajar con nuestro cliente la confianza, la pasión, la motivación y la constancia para que al final llegue la recompensa, siendo capaz de superar los malos momentos. Siendo resilientes. La buena noticia: Se puede perfectamente desarrollar esta capacidad.
José Ramón Luna Cerdán Socio Director http://www.desafiocoaching.com/ Facebook – Linked In – Twitter – Xing