Sostenibilidad, tecnología y regulación, los retos críticos para 2025

España, diciembre de 2024

EALDE Business School identifica seis retos clave que marcarán la agenda empresarial en 2025, ofreciendo un análisis profundo de los riesgos emergentes que afectarán a sectores estratégicos. Desde normativas cada vez más estrictas hasta dilemas tecnológicos y sociales, las empresas tendrán que reinventar sus estrategias para sobrevivir en un entorno en constante evolución.

Regulaciones globales: un camino lleno de obstáculos

El tsunami regulatorio global no muestra signos de detenerse. Sergi Simón, coordinador de los programas de gestión de riesgos y sostenibilidad de EALDE Business School, destaca que “en 2025, las empresas enfrentan una creciente presión regulatoria a nivel global, especialmente en sectores como el financiero y el tecnológico”.

En Europa, el panorama es particularmente complejo con la aplicación de la Ley de Datos, diseñada para equilibrar el valor de los datos en la economía digital, y el paquete legislativo de Finanzas Sostenibles de la UE, que obliga a las empresas a ser transparentes sobre su impacto ambiental y social. “Las organizaciones deberán implementar procedimientos robustos para evaluar y mitigar riesgos en sus operaciones y relaciones comerciales”, añade Simón.

Sostenibilidad: entre el greenwashing y el green hushing

El compromiso con la sostenibilidad plantea un desafío dual: evitar el greenwashing y superar el green hushing. Inés García-Pintos, profesora y consultora internacional en sostenibilidad, señala que “las empresas prefieren callar sus méritos ecológicos por miedo a un escrutinio que ponga en riesgo su reputación. Y con ello, la sostenibilidad puede quedar fuera de la agenda”.

La implementación de la futura directiva de alegaciones ecológicas será un paso clave en este ámbito, pero las empresas deben encontrar un equilibrio entre actuar con integridad y comunicar de manera transparente.

Avances tecnológicos y ciberseguridad: un arma de doble filo

La inteligencia artificial y la computación cuántica representan oportunidades sin precedentes, pero también nuevos riesgos. “La IA puede ser utilizada por ciberdelincuentes para crear ataques más sofisticados, mientras que la computación cuántica podría hacer obsoletas muchas técnicas de cifrado actuales”, advierte Sergi Simón.

Las empresas tendrán que adoptar enfoques integrales de ciberseguridad, desarrollar políticas éticas para el uso de tecnologías emergentes y estar preparadas para responder a incidentes cibernéticos.

Resiliencia en la cadena de suministro

La pandemia de COVID-19 y los conflictos geopolíticos han evidenciado la fragilidad de las cadenas de suministro globales. Según Simón, “las empresas deben invertir en tecnologías de monitoreo en tiempo real, desarrollar relaciones con proveedores locales y adoptar prácticas de diversificación de riesgo”.

En regiones como Latinoamérica, donde la infraestructura digital presenta desafíos, la inversión en soluciones avanzadas es crucial para lograr una gestión eficiente y sostenible de la cadena de suministro.

Transición energética es un reto ineludible

La presión por cumplir con los compromisos climáticos del Acuerdo de París se intensifica, impulsando la transición hacia fuentes de energía renovables. “La competitividad y la sostenibilidad estarán más entrelazadas que nunca”, explica Simón.

Europa lidera este esfuerzo con iniciativas como el Green Deal y la ley de cambio climático, pero las empresas deberán diversificar sus fuentes de energía y colaborar con gobiernos para acelerar esta transición.

Polarización social un equilibrio entre valores y negocio

La polarización social añade un nuevo nivel de complejidad. Según Inés García-Pintos, “la sociedad consciente exige a las empresas, además de una buena oferta comercial, una contribución a los valores y causas sociales”.

Sin embargo, la experta plantea interrogantes clave como “¿hasta qué punto deben posicionarse las empresas? ¿Sobre cualquier tema, incluso ajeno a su negocio?”. La respuesta, según García-Pintos, radica en alinear las causas con el negocio, garantizando credibilidad y evitando divisiones.

El análisis de EALDE Business School pone en perspectiva la necesidad de un enfoque integral para gestionar los riesgos emergentes en 2025. Las empresas que logren equilibrar sostenibilidad, tecnología y adaptación a un entorno regulatorio y social complejo estarán mejor posicionadas para prosperar en un futuro incierto. Como señala Sergi Simón, “la clave estará en anticipar riesgos y aprovechar las oportunidades, sin perder de vista el impacto ético y social de cada decisión empresarial”.

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