Una de mis grandes obsesiones cuando empecé a impartir clases era el no ser capaz de aprenderme el nombre de mis alumnos. Siempre había sido un desastre con esté tema pero esta vez, estaba decidida a poner solución. Entre otros trucos, un amigo me habló de la técnica de Napoleón y de las 5R’s. La puse en práctica y ¡¡funciono!!.

Una de las maneras más rápidas de ganarnos a la gente es llamarles por su nombre, una de las obsesiones de Napoleón III. El emperador francés presumía de ser capaz de recordar el nombre de todas las personas con las que se cruzaba. Su técnica era la siguiente: Si no había escuchado claramente el nombre, decía: «Lo siento mucho. No oí el nombre con claridad» Entonces, si era un nombre poco común, decía,»¿Cómo se escribe?» . Durante la conversación, repetía en nombre varias veces y trataba de asociarlo con las características de la persona, la expresión y la apariencia general. Se cuenta que en ocasiones escribía en un papel el nombre de la persona, se concentraba en lo escrito, lo leía en voz alta y luego lo rompía.

• Revisión de la ortografía: Si fuera necesario, preguntar por cómo se escribe del nombre de la persona. Esto es algo muy común en los países anglosajones

• Relacionar: Asociar el nombre de la persona con el de alguien que conozcas

• Repetir: Durante la conversación, repetir el nombre de la persona 3 veces

• Registrar: Después de la conversación, registrar el nombre junto con algunos otros detalles de la persona

Belén Avila Rodríguez de Mier

Coach de comunicación

Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas

Master en dirección comercial y marketing

Doctorando en sociología

Profesor asociado ESIC

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